Después de haber abierto los regalos, tirado el papel de regalo y probado toda la ropa nueva, es hora de volver a la realidad. Esa realidad que se te va cuando estas con tu familia y amigos celebrando que la navidad ha llegado y que todo se puede solucionar. Me cuesta creerlo pero sí, ayuda mucho a dejar de pensar en aquellos que te involucran en cosas que tu no has hecho. Aun y todo, no esta nada mal dejar de pensar en eso. Vuelves a tu infancia, donde lo que mas te importaba era que Papa Noel te regalara el pony, el balón de fútbol o el juego de hacer helados para ser feliz. Fue en aquella época, cuando todo parecía no volver atrás para que las lágrimas cayeran abajo. Por todo eso la vida es simple, si eres feliz, sigue así y si no lo eres cambia algo y vuelve a preguntarte si eres feliz de nuevo. Ante la locura, mas locura, ante el amor nada de llorar, y ante la amistad dar las gracias por gente como ellas que están siempre a mi lado les cueste lo que les cueste aguantarme a mi. Volviendo a lo de antes, tarde o temprano, sabes que tienes que volver a donde todo lo que haces puede hacer sospechar a los demás de lo que dices, ya que mucha gente no cree en sinceridad. Pero de aquí al infinito os digo y que quede entre nosotros, nunca volveré a despertar de esa infancia tan agradable.
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