Vuelve a la realidad.

Das un paso hacia atrás y ya te están llamando cobarde. Cobarde por no afrontar tus problemas. Cobarde por no ver la realidad como es. Pero no siempre es bueno verla, tal y como nos dicen los demás. Hay veces que para olvidarnos de los errores tenemos que evadirla y adentrarnos en nuestro mundo. Igual que cuando escuchamos música por la calle. Con esto no digo que siempre haya que evadir la realidad, pero cuando notas como el corazón va cada vez mas lento, y tiene hasta ganas de llorar y solo tus ojos lo hacen, es el momento. El momento de gritar, de hacer oídos sordos, de no mirar atrás y sobre todo nunca retroceder. No es bueno ver como un amigo lo pasa mal, y menos si piensas que es algo mas que todo eso. Más que un hermano, más que lo que habías pensado nunca. Siempre hay que dar la cara a todo lo que se te presenta delante, dar todo lo que puedas, aunque sea poco. Puede que tenga un final diferente al que habías pensado, pero eso no tiene solución. Solo la tienen tus problemas, tus errores, pero nunca, jamás, tus sonrisas. Esas son las únicas que se salvan de perderse en el mundo de fantasía que te inventas para evadirte de la realidad.

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