El empezar de nuevo, no siempre es fácil. Como muchos decís, un año es un libro con 365 páginas, pero el mio es más bien un álbum de fotos. Solo llevamos 3 días de año y me han pasado mas cosas buenas que en los 16 que tengo. Ayer se me demostró, que uno no siempre se espera las cosas que quedan por venir, si no que siempre suelen ser sorpresas que hacen eso, sorprender. He aprendido que cuando todo parece estar perdido, si lo intentas, conseguirás darle la vuelta a lo que viene o deja de venir. Que todo lo malo, ahora se, que puede convertirse en bueno, el esfuerzo es lo que se valora. Si alguna vez me he dado por vencido en algo, ha tenido que ser después de haberlo intentado muchísimo. No hay nada que no me proponga hacer, no hay nada imposible, solo cosas que cuestan mas o menos. Ayer vi por primera vez, como mi sonrisa salía sola con un largo whatsapp que me llego. Nunca me había planteado que algo así podría pasarme, pero cuando piensas que a la gente buena no les pasa cosas buenas es por algo. He descubierto una manera diferente de ver la vida. Todo se dio la vuelta con aquel whatsapp que recibía por la noche. Y todo una sorpresa de lo que me ha hecho sentir esta mañana.
Hace tiempo me di cuenta de que la gente vale por lo que hace, y que si lo intentas, aunque pierdas la batalla, no pierdes la guerra.
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