Rapidez al vivir.

He visto miradas que a veces pienso, que no debería de haberlas visto nunca. Pero luego hay otras que enamoran y te hacen reflexionar. La tuya es una de esas. Una de esas miradas que hacía que volviera a levantarme a gusto cada mañana. Esa sensación de gratitud que tienes al ver sonreír al mundo entero cuando pasas calle abajo. Por muy malo que sea el día, ya este nublado, lluvioso, o incluso blanco de la nieve que haya caído, se puede vivirlo con felicidad. Me importa una mierda como ven los demás el mundo, a no ser que sean aquellos que me importan. En ese caso, es cuando mas me preocupo e intento ser ese rayito de luz, de esperanza, que suele aparecer en invierno cuando hace frío. Si he aprendido en menos de un mes, es a ver como la gente cambia, muchas veces a peor, pero las pocas a mejor, son geniales. No debo preocuparme por el mal día de alguien que no me cuida cada día, que no me promete la luna o que no me dice lo alegre que vivo. Suena egoísta, ¿verdad? Pero no lo es. Es quererte a ti mismo. Y es lo primero que debes hacer cada mañana. Mirarte al espejo, pensar 6 cosas que jamás te dirías con esos pelos, esas ojeras, o ese cansancio. 6 cosas que demuestren la valentía que vas a demostrarle al día, sonriendo, siempre. Poco más hay que añadir a un momento que dura 24h. Nada mas que aprovecharlo, porque los días son cortos, pero tu felicidad, mucho mas.

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