Puede ser que la primera reacción que tuviera fuera mala, pero no fue así. Cuando decidí que estaba harto de escuchar lo que escuchaba, de reir cuando quería llorar, de cambiar cuando debería no haberlo hecho... llegue a la conclusión de que yo era así y tendría que gustar a los demás de esta manera. Muchos piensan que estoy loco, que hago tonterías, pero si lo hago es para ocultar lo que realmente me pasa. Muchos dirán: sera un chico poco sociable, que le da miedo contarle a sus amigos lo que siente, pero no es así. Si hay algo que quiero en esta vida son los amigos que, por suerte, encontré los que realmente me valoraban tal y como era. No lo hago para dar pena, pero he pasado por tanto que he llegado al punto de ser como esa maquina de marcianitos que hay en los bares, solo que a mi ya no me quedan mas vidas. Por eso la última es la que mas aprovechas, con la que vas con mas cuidado, la que eliges con mas cautela como si estuvieras pisando lo fregado de tu madre o pensando con mas cuidado las reacciones que vas a tomar a preguntas tan importantes como la de saber si quiero mostrarme como soy o no. Por días como aquel en el que sí, decidí gritarle al mundo que no era un chico tan normal como los demás, que era un chico que sentía diferente, un chico que creía que todo lo malo le pasaba a el. No es nada del otro mundo. No soy un chico tumblr ni mucho menos. Pero eso sí, soy el chico mas feliz y afortunado del mundo porque mi felicidad va acompañada de la mano de seis amigas que merece la pena luchar, sabiendo que sin ellas nunca habría seguido adelante.
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