Sentimientos de arena.

Hoy he aprendido a valorar lo que tengo delante. A valorar aquellas cosas que son verdaderamente importantes para mi, en mi vida. En realidad somos como un tarro. Un pequeño tarro de cristal. Frágiles, que nos pueden hacer daño con facilidad. Dentro de nosotros tenemos piedras. Piedras que puede significar el lastre que podemos llevar, pero esta vez no. Esta vez son todas esas personas, recuerdos, objetos... que identifican a alguien especial, que llevaremos siempre con nosotros. El tarro cada vez se va llenando mas y ahora vemos como trocitos de arroz van entrando poquito a poquito entre los huecos que han quedado de las piedras. Ese arroz, son todas esas cosas que bueno, están contigo y quieren quedarse, pero no siempre lo consiguen. Y por último, tenemos la arena. Sí. La arena representa los momentos malos. No voy a decir eso de: Los malos momentos se los lleva el viento. Por que muchas veces no es así. Solo voy a decir que esa arena, son problemas que deberíamos dejar atrás y preguntarnos si realmente merece la pena dejarlos en el tarro o intentar sacar lo mayor posible. Así pues, coged una piedra. Una piedra cualquiera, ya sea bonita, fea, redonda, brillante... una simple piedra. Esa piedra ahora es todo eso bueno que antes has recordado. Aquello que es bueno para ti. Llévala siempre contigo, como si perteneciera a alguna parte de tu cuerpo, y no la olvides jamás, del mismo modos, que los demás no se olvidan de lo bueno que has sido con ellos a lo largo de todos estos años.

No hay comentarios :

Publicar un comentario