El hombre irrompible.

Somos una especie de idiotas. Nos encanta dejarnos llevar por nuestros sentimientos cuando estamos muertos de miedo en vez de cuando realmente podríamos disfrutarlo. Y por supuesto, nos desvivimos por darnos cuenta de lo que realmente queremos justo cuando nos enteramos de que nos lo quieren quitar. Huimos muy lejos cuando queremos salir de la tristeza y tocar la felicidad cuando la tenemos al alcance de la mano. Muchas veces me pregunto cómo hemos sido capaces de llegar hasta la Luna, si ni siquiera somos capaces de cuidar de nosotros mismos. Pero no todos somos iguales. Unos somos mas altos, otros mas bajos, algunos aguantamos mejor las decepciones y otros, sin embargo, no son capaces ni de atarse los cordones sin que alguien les ayude. Todos hemos conocido a gente así, gente que se hace llamar "fuerte". Pero la fuerza que creen tener desaparece cuando se dan por vencido tan rápido, cual niño intentando resolver un puzzle de diez piezas. Algunos somos apasionados y vivimos las mismas emociones con intensidades diferentes. Pero, muchas veces, sacamos fuerzas de nuestras flaquezas. Sacamos la energía hasta del peor día de nuestros días a pesar de intentar que se convierta en el mejor de nuestras vidas. Qué fácil es coger y decir: Es el peor día de mi vida. Jamás olvidaremos cuando alguien nos hizo daño, pero es impresionante con la facilidad que olvidamos los buenos momentos, como por ejemplo, el primero beso que nos dieron. Por lo tanto no hay que olvidarse, que no somos de piedra, pero tampoco nos rompemos con el primer golpe que nos dan.

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