Ahogarse.
Todo muere. Todo es triste. Pero si hay algo realmente triste y malo, es la muerte de un sueño. Los sueños son como alas que permiten volar sobre las penas, pero a veces, vuelas tan cerca del sol que las pierdes y te quedas en lo que eras antes. Alguien sin ningún sueño. Esto te hace cambiar, ahora te sientes distinto, pero te hace considerarte como uno más de todos los que forman parte de tu vida. Ahora, tus sueños son mas humildes, mas realistas, y siempre tendrás una noche en la que podrás brillar con toda tu fuerza. Aunque no puedes evitar en pensar en aquellos sueños que una vez, para ti, fueron mas que eso. Esos sueños son como un suéter que has estado guardando aunque te quedaba pequeño, pero ahora ya puedes tirarlo, llorar, y pasar a otra cosa, porque la vida pasa y no frena por nadie. Así que seguir, siempre, siempre, siempre, es importante. Los sueños ayudan a continuar con muca mas facilidad, pero muchas veces se rompen en mil pedazos, pero nunca hay que darse por vencido. Puede que uno de esos pedacitos, se quede contigo, para que te des cuenta siempre de que hay cosas que pueden desaparecer pero nunca del todo. Todo se vuelve oscuro alguna vez, en la vida de cada uno, pero a pesar de ello, el sol vuelve a salir.
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