Juega bien tus cartas.

No busco nada raro, sólo alguien que me eche de menos aunque hayamos pasado todo un día juntos, alguien que se ponga nervioso al verme, que no se aburra de mis charlas aunque pasemos cinco horas al teléfono, que se alegre de escucharme. Alguien que me acompañe siempre a casa y haga divertido el camino, por más largo que sea; Alguien a quien pueda besar por un simple impulso sin sentirme atrevido. No me importan los regalos, las cenas ni las flores, mientras el demuestre admiración, me conformo con saber que conmigo es donde más le gustaría estar siempre. Y que conozca todas y cada una de mis sonrisas, alguien que elija quedarse conmigo aunque tenga otros planes, que sienta que antes de mí ningún otro existió, que sus amigos se cansen de escuchar mi nombre. Que sienta que se le cae el mundo encima si discutimos y me abrace tirando su orgullo a la mierda, alguien que me haga reír hasta llorar, y me haga reír cuando no puedo dejar de llorar, que cada una de las canciones que escuche le recuerden a mí. Alguien que me haga sentir el chico más afortunado del mundo, sólo por el echo de tenerle entre mis brazos. Pero luego llega ese momento, ese momento en el que el tiempo se para y los sentimientos se aceleran, ese momento especial que sabes que recordarás toda la vida, pero parece irónico, justo en ese momento no sabes si quiera como descubrir lo que sientes. Estos momentos se demuestran el tipo de persona valiente que lucha por lo que quiere y se lo juega todo a una carta.

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