No te rindas nunca.
Uf, los días pasan, rapidísimo, y llega la hora de empezar a preparar los pasos que pronto darás en tu vida. Hora de planear, de que hasta el último y mínimo detalle quede listo para que, una vez empezado, nunca tengas que pararte en tu camino. Y es que muchas veces la vida cambia, sola, sin quererlo, pero otras tienes que ser tu mismo quien la haga girar, quien la ponga boca abajo, quien le haga ver que estas aquí porque vas a luchar por lo que realmente quieres y que nunca vas a rendirte, lo siento pero no naciste para rendirte. Parece mentira que todo pueda cambiar tanto hasta el punto que cuentes sin nervios y envuelto en amor eso que pensabas que siempre te guardarías. Que, por primera vez, el mundo que me importa, mi mundo, al completo, sepa como me muevo en la vida, porque un camino si y no el más fácil, y me conozca a mí, a Unai, tal cual. Muchos avanzaremos de aquí en adelante sin mirar hacia atrás viendo como él tiempo pasa a nuestro al rededor. Todos nos creemos los más especiales en algo, y solemos camuflarlo con un "se me da bien esto". No es así. Todos tenemos una particularidad que, por muy pequeña que sea, nos hace ser únicos en esta vida, y nos permite darnos fuerza cada vez que flaqueamos o nos corrompe el miedo. Sabemos cuando rendirnos, y pocas veces cuando seguir adelante, por temer a la inseguridad. Pero hay que hacerle frente sea como sea.
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