Despierta.

No sabemos que es amar, hasta que le demostramos a alguien que sí que sabemos. Creemos saber de que hablamos muchas veces pero en realidad solo fingimos para que no nos llamen tontos. Muchos, lo somos. Mi madre me enseñó que el amor no se busca, que ese viene solo. Y tiene razón. Cuanto más busquemos, menos encontraremos, y solo hay que verlo cuando no encontramos algo en nuestros cajones, van ellas y lo encuentran. Siempre encuentras a alguien que quieres, que te gusta, que te hace sentir esas mariposas en el estómago, o bueno, en mi caso elefantes. Le miras a los ojos y a su vez, él también. Pero no tienes ni la más remota idea de si esa mirada era para ti, si era para tu amiga que estaba al lado, o simplemente ha sido una mirada que no significa nada y TÚ te estas haciendo ilusiones. Tengo muchos defectos, eso lo sé, y uno de ellos, es ilusionarme muy rápido. A pesar de que trato de controlarlo, muchas veces está lejos de mi alcance y no lo consigo. Es ahí cuando peor lo paso, normal. Nos ilusionamos, y cuando nos hacen daño nos queremos meter en una cueva y no salir jamás. MAL. Tenemos que hacer frente al problema (porque ya se ha convertido en un problema) ya que si lo evitamos siempre, volverá a por nosotros y nos explotará en la cara. Creemos muchas veces, que el culpable es el que siempre nos ha acompañado durante ese tiempo, pero en realidad, también tenemos nosotros la culpa. La culpa de no habernos dado cuenta antes de que algo iba mal, de que podíamos haber hecho algo antes de tiempo... pero ya es tarde para eso. Aún así, sé que soy fuerte, que puedo hacerle frente a todo, y que voy a ir a por todas, al ataque, y que voy a demostrarle que valgo la pena, más de lo que él se piensa. A por todas, hasta el final.

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