Titanium.

Desde hace poco tiempo, veo el mundo de una manera diferente. Veo el mundo desde la perspectiva que lo hace un pájaro. Vuelo por encima de todos los demás, sin preocupaciones, solo yo. Tarde o temprano me acabaré sintiendo solo, triste por falta de compañía... Pero una escapada de vez en cuando no viene mal para darse cuenta de lo mucho que vale uno mismo cuando está solo. Siempre hay alguien que intenta hundirte en los más hondo del mar. Pero, ¿sabéis qué? Hasta los mares mas profundos contienen criaturas extraordinarias. Es por eso que nadie me pisará jamás. No permitiré que nadie aplaste a los míos, y mucho menos dejaré que el miedo se apodere de mi. Él podrá bloquearme, pero yo siempre podré volar más alto y sentir como el viento hace que las extremidades vuelvan en sí. Dejo de lado muchas cosas, y no, no os voy a mentir, las echaré de menos. Mas no puedo dejar que el pasado que hay detrás de mí sea bueno o malo, controle cada paso que voy dando. Cada pisada que hago en el barro mojado en el parque que rodea mi casa. A pesar de todos los obstáculos que han condicionado mis oportunidades, sigo viendo el mundo de una manera diferente. De una manera mejor. Ahora sé que el mundo me mira con buenos ojos, aunque ya lo hiciera antes, ahora lo hace mirándome a los ojos. Ahora sí. Ahora puedo girar la cabeza y volver atrás, con aquellos que importaron una vez, y siguen importando a día de hoy. Doy la vuelta y confío en el bien que me hace sonreír y lo bien que me sienta. Hay sonrisas y sonrisas, pero ahora sé que la mía lucira con una luz especial. Y todo es gracias a quién sabe, que esta mirada va para ellos.

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