Ganar a uno, es perderte a ti.

No sé. No creo que sea tan dificil elegir una opción cuando estas entre dos de ellas. No creo que escoger aquella que tiene el cartel mas iluminado sea la mas correcta o que la sucia sea la incorrecta. Es más, estoy casi seguro de que la mayoría de veces que todos elegimos una opción es la indicada. Es arriesgado pero a pesar de eso elegiremos la que creamos que nos hará mas bien en nosotros, o mejor, en nuestra vida. No todos estamos preparados para enfrentarnos a ciertos retos que nos impone la vida. Algunos se pueden solucionar con la mas simple de las respuestas, otros, no. En muchas ocasiones nos dejamos llevar por las opiniones externas que solo saben herir a quien se las dan, a pesar de ir con la mejor de las intenciones. Debemos empezar a valernos por nosotros mismos, igual que nuestros padres supieron dejarnos solos para aprender a caminar. También nos dijeron que hablar con desconocidos no era lo adecuado, pero lo hacemos. Intentamos conocer a personas desconocidas que luego son increíbles y nos abren mundos que jamás hubiéramos visitado solos. Pero como siempre, las malas lenguas asoman su fea cara para darnos una patada en la boca y callárnosla. Aun y todo, continuamos nuestro ya enzarzado camino, y tratamos de recorrerlo. Poco a poco vamos viendo luz al final de nuestro túnel y sonreímos, pero no todo lo que reluce es oro. Después de pensar que ha pasado lo peor, toca recordar todos los momentos vividos, todas las conversaciones escritas y todos los besos tatuados en la piel. Y cuando por fin encuentras la calma, vuelve alguien a demostrar que la felicidad es posible. Todo un largo camino recorrido de experiencias que parece que se esfumaron con la primera lluvia de verano.

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