Deseos. ¿Quién no tiene alguno? Todos queremos algo. Algo que creemos que, sin ello, no podríamos vivir, y ya sabemos que no hay atajos. Nada más que luchar por lo que queremos. Y, si descubres quien eres de verdad, puede que también descubras que lo que creías que querías, no eran realmente las cosas que necesitabas. Los deseos tienen sus límites, y nunca nos tenemos que dejar guiar por aquellos que son más egoístas y pueden provocar un gran cambio en nosotros. A pesar de nuestras diferencias, los deseos o los sueños que nos marcamos, son muchas veces los que nos sujetan a la realidad y nos dejan volar cuando los cumplimos. Es irónico que abramos los ojos cada mañana y nos digan "bienvenido a la realidad". Quiero alejarme de un mundo malo y feo que solo me pone obstáculos que no me dejan continuar. Con la experiencia ayudamos a nuestros deseos a ser mas sinceros y transparentes de lo que creíamos que eran. Las sombras no nos ayudan, y mucho menos aquellas que nos susurran al oído lo que debemos hacer. Sin embargo, siempre tendremos a nuestros amigos que nos prestarán su ayuda siempre que la necesitemos. Debemos conocer cómo somos realmente, sin complejos, con sonrisas, sin mentiras. Sin máscaras que nos envuelvan en su oscuro manto y nos convierta en seres lúgubres llenos de maldad. ¿Filosofía de vida? Quizás. Pero no estoy tan seguro de merecer lo que merezco todavía. Me gustaría esperar, y saber lo que me va a deparar la vida en un futuro. Un futuro que este cerca o lejos pero que por fin, haga que mis deseos se hagan realidad.