Sin miedo a nada.
Nunca me ha gustado mucho mi voz, a veces es un poco grave y estridente, pero bueno aún así me gusta como soy. Luego pienso en los otros, pero pienso en ellos como si fueran compañeros de una aventura. Amigos que han tenido que cortar con sus viejas vidas para empezar unas nuevas y empezar de cero. Pero saben, que todo lo que venga a partir de ahora ira mejorando y eso es lo mejor de nuestra novela, que todavía nos quedan muchos capítulos por escribir, por hacer, por sentir. Aún así, soy un afortunado, por que aunque me haya llevado mucho capítulos, por fin he encontrado lo que tanto ansiaba encontrar. He encontrado mi tesoro. Y por eso se, que pase lo que pase vamos a estar juntos porque sencillamente, no puede ser de otra forma. Aún así, estoy cagado de miedo, porque hecho la vista atrás y veo todas las veces que me he equivocado en mi vida, y veo las cosas con claridad. Por eso se que tenemos que reservar todas nuestras fuerzas, ya que se que esta a punto de llegar una buena racha que me traerá tanta felicidad, que me quedaré con la lengua fuera, maravillado, asombrado... por todo lo que viene consigo. Por eso se que mi novela tiene que seguir, tiene que seguir. Lo deseo con todas mis fuerzas. Fuerzas que sacaré recordando todas las aventuras vividas junto a los que me acompañan cada día, ya sean protagonistas, antagonistas o personajes secundarios. Nadie podrá arrebatarme lo que una vez viví y mucho menos que intenten quitarme los recuerdos que ahora, hoy, hacen que sonría con más fuerza, valor y humildad que antes.
Sor-presa
Sorpresa: Acción y efecto de sorprender. Sorprender: Coger a alguien desprevenido. Conmover, suspender o maravillar con algo imprevisto, raro o incomprensible. Odio estas definiciones, a quien las escribió y a las sorpresas. Alguien me dijo una vez que tuviera cuidado con las sopresas, por que detrás de ellas siempre se escondía la verdad. La sorpresa y la verdad tienen algo en común, no estamos preparados para ninguna de las dos. Pero eso, ¿siempre tiene que ser malo? Hay sorpresas que son como bombas a punto de estallar y su honda expansiva alcanzaría lugares que ni siquiera nos imaginamos. Sin embargo, a veces, no hay nada tan grande ni tan excitante que la incertidumbre ante lo que nos espera. Además, ¿saber algo de antemano, puede ahorrarnos algún dolor? Lo mejor es estar preparado, si la vida te sorpende, atrevete a sorprenderla a ella. Puede que por eso este contento, porque intuyo que una sorpresa va a llegar, y no se porque, creo que va a ser una sorpresa agradable. Una de esas sorpresas que hace que todo cobre un sentido nuevo. Que hacen que aprendas a diferenciar lo que de verdad merece la pena y todo aquello prescindible. ¿Qué como se todo esto? Me lo han dicho mis tripas. Y estas, nunca mienten. Siempre se aseguran de que sepas la verdad antes de que tu porpio cerebro te la diga. Provoca en ti esa sensación que no puedes quitar por mucho que lo pienses cuando ves a la persona indica que, por suerte o no, llega como si de una sorpresa se tratará. No voy a quejarme de no haber encontrado una sorpresa que me haya hecho rugir las tripas de la sensación tan buena que me ha causado, pero si que me alegro de que, por primera vez hace mucho tiempo, me enseñen a diferenciar de la verdad, lo mejor.
Gente que viene, gente que va.
Ahora que los días van siendo cada vez más cortos y el frío ya esta llamando a nuestra puerta me pongo a pensar, y a pesar de que este no haya sido el mejor verano de mi vida sí que ha sido el que más me ha hecho aprender. De hecho he aprendido que las personas van y vienen de tu vida, que hay que saber quién merece tu confianza y quién no, que los "para siempre" suelen convertirse en un "para un tiempo". De igual forma, me he dado cuenta de que la vida puede cambiarte en un instante con una simple decisión, que no es bueno acostumbrarse a nada y que no hay que obligar a nadie a permanecer en tu vida. Las cosas, las personas, los sentimientos cambian pero lo que ha estado destinado a ser de una forma, tarde o temprano lo será. Solo espero poner en práctica esta nueva etapa de mi vida todo lo que en este tiempo he ido aprendiendo, y sobre todo espero no equivocarme ni en cuánto a decisiones ni en cuánto a personas. Muchos pensamos que tenemos que llegar a un límites que para ti son insospechados, pero lo único que teneos que hacer es no competir con nadie y poner nuestros propios limites. Es como ese típico tweet de A veces, cuando digo: "Estoy bien" Lo que quiero es que alguien me mire a los ojos, me abrace fuerte y diga: "Yo sé que no lo estas". Tiene toda la razón del mundo, pero no tenemos que permitir que nuestro cerebro actúe antes que nuestras emociones, ya que si de ellas dependiéramos podríamos ser mucho más felices de lo que somos. Solo basta con decir que nos ayudan a hacernos más fuertes cuando algo sale mal, o nos intentan sacar una sonrisa cuando alguien nos ha hecho sentir tristes mediante recuerdos felices. A pesar de todo ahora sabes quién eres y en quién confiar.
Conmigo mismo.
Soy el típico tio flojo al que le da miedo tirarse desde un avión, las serpientes y quedarse calvo pero lo que mas me aterroriza con diferencia, es la soledad. La soledad da miedo por que te obliga a enfrentarte a ti mísmo y no siempre estamos preparados para encontrarnos con nuestro interior. En el colegio, igual que nos enseñan matemáticas o historia, deberían de enseñarnos a convivir con la soledad, para acostumbrarnos a ella. Porque nacemos solos, y morimos solos. Quizá por eso, mientras estamos vivos nos buscamos los unos a los otros, para engañarla. Yo de momento, no lo he conseguido. Es escurridiza y mucho mas lista que yo. Es muy fácil llorar cuando uno se queda solo. Es tan fácil llorar cuando estas solo tanto como díficil es no reír cuando estas en buena compañía. Estar solo es jodido. Yo he estado mucho tiempo así. Tanto, que he incluso pensado que me lo merecía. Pero la vida me ha enseñado una cosa, que nadie, al menos alguien que tenga corazón se merece estar solo. Y mi corazón... ¿qué me dice mi corazón? Me dice que a pesar de todo siempre hay alguien que te encuentra hasta en el peor de tus momentos. Alguien con quién compartir tus alegrías cuando una vez, estás, solo fueron causas de llantos y tristezas. Hoy puedo decir que sigo intentando engañar a la gran culpable de todos mis males, pero hoy se que es con ayuda. Ayuda que te brinda hasta la mas pequeña de las personas, puesto que, a pesar de ser pequeña tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Muchos nos horrorizamos cuando escuchamos que alguien, por causad desconocidas, se queda solo. Pero lo primero que tenemos que hacer es ir a por todas y enseñarle a luchar, igual que a mi me enseñaron a ganar.
Puede que no siempre esperemos tanto de los demás como lo hago yo, pero hoy tengo que decir adiós a alguien que me importa de verdad y merece tener una despedida más que mejor. Por lo tanto a partir de hoy cada jueves se inaugura una nueva sección: (para ver mejor la carta recomiendo pinchar en ella y así verla más grande).
Fairytales.
Hoy, después de mucho tiempo, me he atrevido a hacerme la pregunta: ¿realmente quiero vivir otro día igual? Conocemos de sobra la respuesta. Además, por que no arriesgarlo todo cuando no tienes a penas, nada que perder. El día que asumes que necesitas un cambio, es un momento difícil, ya que entra el pánico cuando ves que todo el mundo que habías construido se desmorona, pero también ves como se abren nuevas posibilidades ante ti. Y es entonces, solo entonces, cuando te preguntas a ti mismo: ¿durante cuanto tiempo he estado engañado? Pero ahora, nada de eso importa, porque estas en un punto de no retorno, donde nada volverá a ser igual y está en tu mano si decides quedarte en el mismo lugar o si aprovechas el momento. Está en tu mano elegir, quedarte estancado para siempre o caminar hacia delante. Y, si al final te decides por caminar yo que vosotros, iría caminando de la mano de los que más quieres, ya que no todos estamos hechos para caminar solos. Muchos dirán tal vez, que estamos preparados para todo lo que se nos ponga delante, pero no es así. Hay algunos como yo, que intentamos parecer fuertes para que así, nadie mas débil que yo intente pisarme. Dale la vuelta a la tortilla y empieza a pensar como si se tratara de uno de los caminos mas estrechos de tu vida, en los que tendrás que elegir bien con quien ir de la mano para no sentirte solo. Tan solo que a penas puedas sostener la luz que te hará encontrar el camino una noche oscura. Atrévete a saltar al vacío sabiendo que alguno de tus amigos te estará agarrando fuerte, sin miedo, con confianza. Todo lo que puedes decir es VALOR.
Con "L" de Luchadora.
Tengo que asegurarme antes de caer al vacío y sobre todo, acolcharme para no hacerme daño. Poco a poco vamos creciendo y sabemos en quién confiar y en quién no, aunque a veces nos confundamos. Intentamos creer en aquellos que una noche de fiesta conocimos mejor de lo que creíamos y nos hicimos buenos amigos. Tanto, que ahora no podría saber a dónde ir o de dónde volver. Ayudo a quién puedo e intento que todos podamos ser lo más felices. Pero hoy, aunque te llegue tarde, ya es tu cumpleaños y vas creciendo y dejando atrás a tu pequeña Wendy que te dice que no olvides jamás. Tú le dices que lo vas a intentar, y es así, y yo te ayudaré a superar cualquier momento. 17 años bien llevados ya... bufff. Desconocía que fuera a conocer a alguien que me impactaría tanto en tan poco tiempo pero ahora sé que existe gente así. ¿Que si lloraré el día que tenga que despedirme de ti? Vamos, tenlo asegurado, pero ¿sabes qué será lo mejor? Que serán lágrimas derramadas del ojo derecho, que de ese siempre salen lágrimas de felicidad. Felicidad por verte feliz, sonriente y valiente. Puedo ponerte muchos adjetivos: lista, un poco loca, leal y sobre todo luchadora. Nunca había conocido a persona tan luchadora como tú. Capaz de asegurar la confianza en los demás y los buenos momentos que no pueden contarse con los dedos de una mano. Al contrario de los amigos que se deben contar con una de éstas, por tu culpa ahora deberé utilizar la otra, porque ya formas parte de mí al igual que muchos otros. Solo me queda una cosa por decirte, sigue así como hasta ahora y espero que hayas tenido un cumpleaños ejemplar. Felicidades.
Viejos amigos.
A pesar de todo, sigue adelante.
Muchos días me despierto pensando en 6 cosas imposibles. Así, puedo afrontar el día con ganas y enfrentarme a ellas y hacerlas posibles. Pero esta mañana ha sido diferente. Hoy no he podido hacerlo. Recibir un whatsapp a las 11 de la mañana comunicandote lo peor que podías haber escuchado no es de agrado a nadie. ¿Dónde quedaron esas semanas que pasabamos juntos después de comer? ¿Dónde quedan esas fiestas de disfraces que tanto nos gustaba celebrar? Son muchas las preguntas que me recorre el tiempo y muchos los recuerdos que me vienen a la cabeza. Por desgracia, pero por suerte tambíen, me toca decir adiós a alguien especial que me ha acompañado durante mi aventura toda mi vida. Reconozco sus manos, porque no son como las de nadie. Reconozco su manera de agarrarme, de darme un abrazo o incluso de llamarme. Podemos decir que una relación se ha creado entre nosotros y que ahora, más que nunca, se ve lo mucho que te quiero y aprecio todo lo que has hecho por mi. Te prometo una cosa; no cambiaré jamás de personalidad como tú siempre me decías. Pero solo lo haré si tú también me prometes algo, que no te olvidarás de mi. No quiero que nunca se te olvide lo mucho que nos hemos podido reír juntos a lo largo de nuestra vida, y lo mucho que nos queda por vivir. Admito que no se si he podido llegar a la altura de ser un amigo tan genial como lo has sido tú, pero ahora, en este momento te digo, con lágrimas en los ojos, que has sido una de las mejores cosas en mi vida. Te quiero, y te he querido tanto que hasta duele. Pero aún así pasarán los años y nos volveremos a encontrar como el primer día con una trenza y unos pantalones naranjas, igual que el primer día del colegio. Solo me queda decirte una cosa, adelante. Quiero que sigas adelante y feliz, como lo has sido conmigo hasta ahora.
El hombre irrompible.
Somos una especie de idiotas. Nos encanta dejarnos llevar por nuestros sentimientos cuando estamos muertos de miedo en vez de cuando realmente podríamos disfrutarlo. Y por supuesto, nos desvivimos por darnos cuenta de lo que realmente queremos justo cuando nos enteramos de que nos lo quieren quitar. Huimos muy lejos cuando queremos salir de la tristeza y tocar la felicidad cuando la tenemos al alcance de la mano. Muchas veces me pregunto cómo hemos sido capaces de llegar hasta la Luna, si ni siquiera somos capaces de cuidar de nosotros mismos. Pero no todos somos iguales. Unos somos mas altos, otros mas bajos, algunos aguantamos mejor las decepciones y otros, sin embargo, no son capaces ni de atarse los cordones sin que alguien les ayude. Todos hemos conocido a gente así, gente que se hace llamar "fuerte". Pero la fuerza que creen tener desaparece cuando se dan por vencido tan rápido, cual niño intentando resolver un puzzle de diez piezas. Algunos somos apasionados y vivimos las mismas emociones con intensidades diferentes. Pero, muchas veces, sacamos fuerzas de nuestras flaquezas. Sacamos la energía hasta del peor día de nuestros días a pesar de intentar que se convierta en el mejor de nuestras vidas. Qué fácil es coger y decir: Es el peor día de mi vida. Jamás olvidaremos cuando alguien nos hizo daño, pero es impresionante con la facilidad que olvidamos los buenos momentos, como por ejemplo, el primero beso que nos dieron. Por lo tanto no hay que olvidarse, que no somos de piedra, pero tampoco nos rompemos con el primer golpe que nos dan.
Frágil.
Dicen que la memoria se puede trabajar como un músculo pero, que infeliz querría recordarlo todo. ¿Quién no firmaría ya por tener una amnesia de por vida? El que recuerda mucho, es un peligro público ya que corre el riesgo de quedarse estancado en los malos recuerdos. De no poder deshacerse de ese gran miedo, que tanto se desea olvidar. Ese gran miedo que puede hacerte perder lo que más quieres. Somos demasiado humanos. Deberíamos de parecernos más a esos peces que no recuerdan nada del pasado y vivir solo el presente. Pero no seamos tan injustos con la memoria, también puede ser una gran aliada. "Ya caíste en aquella piedra" te dice al oído. Y a nadie le gusta sentirse como el mayor imbécil de la tierra. Sin embargo, mi memoria debe de tener algo estropeado. A veces me falla, y no queda rastro ni de errores ni miedos, solo me acuerdo de lo bueno. Lo cual, no esta nada mal. Cuando me pasa esto, lo que hago es dejarme llevar para que así la caída duela un poco menos y con un poco de suerte, mañana, ni acordarme de ello. No siempre puedo asegurar que haya un colchón, o simplemente una red de seguridad debajo para que no pueda hacerme daño, pero confío en mi instinto y sé que nunca me fallará. Hace mucho tiempo que los golpes ya no me hacen nada, y que he aprendido a valorar cada instante como si del último se tratara. Aunque no voy a negar que muchas veces no haya pensado en el hoy para asegurarme un futuro tan feliz, o incluso más, de lo iba a tener.
¿Hasta luego?
"Y llegó el día gloricioso". Y es así. Sabías que un momento como este iba a llegar pero no lo veías tan cerca hace tres meses, cuando tus amigos te daban el pie a ir a por todas. Debo admitir que intenté no ilusionarme, pero poco a poco he acabado con la espada en el suelo y de rodillas. Me he rendido. Todo por lo que una vez soñaste se rompió, como el vaso que tiraste cuando tenías seis años sin querer y lo intentabas arreglar con pegamento para que tus padres no se enterarán. Creemos que somos de piedra muchas veces, pero la cantidad de veces que lo pensamos, estamos equivocados. Gritamos a los cuatro vientos lo que nos pasa y a pesar de todo se nos sigue escuchando lo mismo que la respiración de un pez bajo el agua. Nos hacemos insignificantes, pequeños, justo en el momento que alguien viene por detrás y tira por tierra todo el castillo de cartas que habías construido para intentar llegar a los labios de esa persona que hacía sentirte especial. Es como si tu fueras ese cielo azul que tanto te ha costado mantener, y todos los problemas las nubes que se acercan a ti por todos los costados. Es ahí cuando te nublas y te das cuenta de que algo va mal y tienes que asumirlo. Detesto admitir que los demás tienen la razón pero son mis amigos y más ahora que nunca. Unos se van y no se si despedirme de ellos para siempre o solo esperar dos minutos, abrazarle y decirle al oído: Eres lo mejor que me ha pasado nunca. Pero no, soy fuerte, lo se. O por lo menos quiero pensar que lo soy y no quiero darme por vencido tan rápido como lo hicieron otros tantos que fueron delante de mí. Ahora me veo bien, veo una luz, esa tal 'esperanza' que dicen es la única que no se pierde. Seguiré hasta el final, me arrodillaré ante cualquier plebeyo siendo rey si hace falta, y haré amistades en enemigos solo para hacer feliz a quién una vez sonrío gracias a mis palabras.
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